FORUM DU PSUNE
Vous souhaitez réagir à ce message ? Créez un compte en quelques clics ou connectez-vous pour continuer.

FORUM DU PSUNE

Forum socialiste européen
 
AccueilAccueil  RechercherRechercher  Dernières imagesDernières images  S'enregistrerS'enregistrer  ConnexionConnexion  
-50%
Le deal à ne pas rater :
-50% Baskets Nike Air Huarache Runner
69.99 € 139.99 €
Voir le deal

 

 ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?

Aller en bas 
3 participants
AuteurMessage
Ferrier
Administrateur
Administrateur
Ferrier


Masculin Nombre de messages : 18530
Localisation : Europe-Nation

¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? Empty
MessageSujet: ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?   ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? EmptySam 24 Mai - 8:33

Citation :
¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?


En ciertos medios radicales del nacionalismo francés, del “área nacional” como la llaman sus partidarios, la adhesión al Frente Nacional de un sociólogo que había pasado del PCF (Partido comunista francés) al soberanismo de izquierdas (de un Chevènement y de un Sarre) ha agitado y continúa agitando las rejas de la extrema derecha.
Ideológicamente, la aportación parece muy poco evidente y no sería mentira decir que el mencionado intelectual ha adoptado más la ideología de su nuevo partido que haya impuesto allí sus propios posicionamientos. Bajo la etiqueta de “izquierda nacional” sus partidarios, procedentes por una parte de la derecha radical y nacional-revolucionaria, jóvenes frentistas (del FN) faltos de sensaciones; por otra parte, defensores de un nuevo “think-tank” cuyos posicionamientos reposan sobre un concepto que recordará a ciertos politólogos las posiciones colonialistas de Jean-Marie Le Pen en 1958, cuando veía en los argelinos una fuerza joven para Francia.
Hoy en día son las poblaciones alógenas instaladas en Francia, desde hace quizá decenios, las que aparecen a los ojos de estos neo-frentistas como los aliados naturales en una oposición radical al atlantismo, al sionismo y al capitalismo. Para ellos, el Frente Nacional debe convertirse en el arma política por excelencia al servicio de dicho ideal. Hablando claro, se trata de romper la imagen de un FN partidario de un retorno forzoso de los inmigrantes a sus países de origen, y por el contrario presentar este partido como una fuerza asimilacionista, dispuesta a considerar a los descendientes de emigrantes extra-europeos como franceses del todo, en detrimento de su electorado y de muchos de sus partidarios que solo se encuentran en el FN y no en el PS o en el PCF en razón de la cuestión migratoria.

Pero ¿Qué es pues esta “izquierda nacional” y en qué se distingue realmente de la derecha nacional?

¿Qué es la “izquierda nacional”?

Para el italiano Francesco Mancinelli, cantautor “identitario”, “la izquierda nacional (es) pagana, gibelina e imperial, en una palabra: fascista”. Los miembros de un grupúsculo francés que se reivindican de “izquierda nacional” sacando una revista que lleva el nombre de una revista barresiana del siglo XIX, estarían dispuestos a aceptar este término, puesto que se dice que uno de sus referencias sería el francista Marcel Bucard, que en los años 30 defendía un fascismo socialista y católico. Y Barrès es ante todo, lo sabemos desde los trabajos de Zeev Sternhell, el inventor de una forma de socialismo nacionalista a la francesa. Así, la izquierda nacional es en su definición formal, la unión del socialismo y del nacionalismo; es decir, según la definición de George Valois, el fascismo; mientras que la derecha nacional, su enemigo de siempre, es pues la extrema derecha; incluso si entre los dos, el muro es a menudo poroso.

En Francia, después de 1945, el movimiento que se acercaba más a la izquierda nacional, era el del joven Jean-Pierre Chevènement: “Patria y Progreso”, que el politólogo René Monzat asocia al “primer fascismo, socialista y republicano”, y que el neo-fascista Maurice Bardèche consideraba también como protofascista. Evidentemente, el Chevènement actual no tiene mucho que ver con el joven de los años 50, si no es que del CERES al MRC continúa reivindicándose de izquierdas.

¿De la “izquierda nacional” a la derecha nacional?

Así ¿Cómo se deben definir los partidarios de este nuevo movimiento/think tank que reivindican esta etiqueta? ¿Son neo-fascistas? ¿Dónde ha sido mal adaptada esa etiqueta? ¿Su posicionamiento político es tan revolucionario y tan subversivo como pretenden? Y su adhesión al partido por excelencia de la derecha nacional, el Front National, con toda la parte de oportunismo subyacente ¿No es la demostración, por ejemplo, de que hay que preguntarse si son realmente de “izquierdas”? Tomemos un ejemplo preciso, el antiguo anarquista Gustave Hervé. Proveniente de la extrema izquierda, en su sector más antinacional, se descubre nacionalista al salir de la guerra e incluso fascista. Fundador de un Partido Socialista Nacional, tras una Milicia Socialista Nacional, se inscribe claramente en la izquierda nacional. Hasta el día en que viene a ensalzar la dictadura de Petain, varios años antes de la extraña derrota de 1940. Él se parecía a la izquierda nacional, había sido de la izquierda nacional, pero al final, aparecía como un hombre de la derecha conservadora. Y es que ser republicano no basta para escapar a esta crítica.

En verdad, esta nueva “izquierda” nacional no puede ser más conservadora en su actuación; es republicana en el sentido común del término, defiende la visión popular del republicanismo, con sus ilusiones, como la asimilación, por ejemplo; según la definición de nación propuesta en un contexto muy particular por Ernest Renan, es decir una “nación” fruto de una voluntad y no una agrupación de aquellos de un mismo origen (significado etimológico del término “nación”, por lo demás). No, esta “izquierda” nacional no es revolucionaria, ya no es neo-fascista; es conservadora, personalmente me ha hecho pensar en las ideas del Parti Social Français del Coronel de la Rocque en los años 30, movimiento que tenía más de un millón de partidarios y que probablemente habría obtenido un importante resultado electoral en 1940 si no hubiera habido la guerra, es pues, la derecha nacional en todo su esplendor. Así, la adhesión de esta estructura al Front Nacional que ideológicamente se acerca infinitamente más a las Croix de Feu (Cruces de Fuego) que al Parti Populair Français, no es del todo extraña.

Entre el euro-socialismo, europeista y socialista por definición, de una izquierda que se remonta a los padres fundadores, a Saint-Simon, a Leroux, por ejemplo y hasta Jaurès, y esta “izquierda” nacional hay verdaderamente un abismo. La primera es revolucionaria, no apunta a restaurar la Francia del abuelito sino a aceptar en lo que se ha convertido Francia; por el contrario busca dar la vuelta al Sistema vigente y poner en su lugar una república social europea y defiende una suerte de tabla rasa jurídica, poniendo por debajo las constituciones de los Estados, en lugar de querer apoyarse en ellas; ellas, que nos prohiben toda acción salvadora en interés del pueblo europeo. La segunda es conservadora, es hiper-realista, lo que en política es tan nefasto como el pesimismo y está fundamentalmente ligada a la decadencia que pretende combatir. No obstante, Europa necesita de una revolución y no ciertamente de una marcha atrás, como sería la desaparición de la Unión Europea y la vuelta a naciones que están objetivamente desnaturalizadas, que son cascarones vacíos de los que no queda más que el embalaje tricolor (en el caso de Francia). Y por lo mismo el socialismo es inaplicable a escala de los estados actuales, éste no puede conseguirse más que a escala europea, puesto que para resistir al mundialismo hay que tener la masa crítica (1). Un socialismo nacional a la francesa, incluso republicano y sin tufillos fascistizantes; no se podría suponer en ningún caso que pudiese llegar al poder, la posibilidad de actuar realmente. Sería rehén de la Constitución y sería rápidamente destrozado económicamente, por las convulsiones que su política crearía en Europa. La “France seule”, que este eslogan maurrasiano sea retomado en realidad por la derecha nacional y por esta “izquierda” nacional es una buena definición de lo que es el soberanismo. La “France seule” incluso bajo Napoleón primero, no era ya posible.

Entre universalismo y chauvinismo

Esta “izquierda” nacional defiende simple y llanamente la ideología compuesta surgida de la Revolución francesa, mezcla de chauvismo (el tema de la “Gran Nación”) y de universalismo, es decir la ideología de la República en su contexto actual. Esto es lo que hace que ese discurso, que incluye el de la asimilación de poblaciones alógenas, se parezca al dicurso “republicano” colonialista de finales del siglo XIX. A pesar de esta mezcla de chauvinismo y de universalismo, que no es más que una interpretación posible de la idea de república, me parece responsable, en más de un capítulo, de la situación que vive Francia a día de hoy. Ciertamente, esta “izquierda” nacional es anticapitalista, pero el anticapitalismo no es más que una vitud de izquierdas, y mientras que su república es chauvinista y universalista, solo se pretende social o socialista. Hay una evidente sinceridad en este posicionamiento, pero es una sintonía que no tiene nada de original y que no me parece que responda a los problemas reales de la Europa contemporanea, problemas que apelan a soluciones innovadoras y no a respuestas rebuscadas en viejos recetarios.

Sobre todo, la república de antaño no tiene realmente nada que ver con la idea de república actual, dominante en todos los partidos, y ahí está comprendida este think-tank que propugna la reconciliación entre indígenas y alógenos bajo el cartel de una república mitificada. Esa “república” es una mezcla entre Juana de Arco y los combatientes de Valmy, por una parte combatiendo el “partido del extranjero” y Fery por la otra, partidario de la Francia imperialista sobre tres continentes. La República francesa que no nos disgusta a nosotros europeístas, es para nosotros otra cosa muy distinta. Es el polo de la revolución europea que la revolución francesa hubiera debido ser, es también la república de una Francia homogénea. Es la Francia de Sieyès, d’Hébert y de la izquierda socialista francesa del siglo XIX, donde aún un Jaurès y un joven Clémenceau, quien se oponía al colonialismo en nombre de la república. Nosotros rechazamos la Francia universalista, es decir, a fin de cuentas, una Francia imperialista y racista, la Francia chauvinista y eurófoba. Y rechazamos por razones aún más fuertes una mezcla de ambas. Queremos una Francia que se sienta plenamente europea, que restaure su europeidad en lugar de aceptar su falsificación pasada, queremos una Francia que al lado de Alemania, Italia, Polonia y Rusia, trabaje para forjar la Europa Nación del mañana, nuestro bello ideal, pero también la única solución para asegurar el resurgimiento de toda nuestra civilización. Queremos una Europa socialista, que tome lo mejor de Francia como de Alemania, todo, dejando de lado sus errores. Hay en el socialismo escandinavo y en el socialismo alemán muchas cosas que aprender. Ahí también, no caigamos en el error de un socialismo francés superior. Es exacto que frente a una Unión Europea incapaz de romper con el ultra-liberalismo del cual sus dirigentes son partidarios, se esté tentado de aceptar une forma hexagonal de socialismo, pero sería un grave error. La Unión Europea actual se ataca de la misma manera que los gobiernos de los estados de otro lugar – no habría que oponer pretendidos estados protectores a una Unión Europea depredadora, todos se pueden meter en el mismo saco – al sindicalismo danés o sueco, por ejemplo. Es asombroso y significativo que la derecha nacional y una cierta izquierda socialista se encuentren al final para defender este modelo social escandinavo. Pero la unidad de los sindicatos de Europa, no una unidad solo de fachada, ¿no sería más fuerte? Frente a una “Europa” liberal hay que oponer una Europa socialista y no una coalición heteróclita de sindicatos nacionalistas.

El soberanismo nacional, una mala solución

Se comprende bien lo que el neo-frentista y ex-chevènementista mencionado quiere hacer, la unidad de aquellos de derechas y de izquierdas que defiendan la soberanía nacional francesa. Así pues es un movimiento que no es “de izquierdas” y fuese “nacional”, sino un movimiento “de derechas y de izquierdas” que busca federar a todos los soberanistas alrededor del Front National. Es triste, con mayor razón si cabe, ver adherirse a supuestos europeístas que reivindican el socialismo revolucionario europeo de un Jean Thiriart. Como éstos últimos ven la animación, mientras que sus propias estructuras parecen estancadas o incluso arruinadas, tratan de asociarse para darse un poco de frescura y si la ocasión se presenta beneficiarse por la asociación con eventuales ingresos de aventura (imprevistos). Pero la política en el noble sentido del término no es la unión con el más fuerte, sino defender sinceramente sus convicciones, esperando hacer partícipe de ellas al mayor número de gente. Los partidarios soberanistas de este think-tank son coherentes y en este sentido respetables, como también lo es su mascarón de proa. No son nuestras ideas, a veces, incluso son las opuestas, especialmente en el tema de Europa, pero tienen derecho de pensar así, y nosotros de combatir sus teorías, reconociendo cuando tienen razón, especialmente cuando los soberanistas denuncian con razón la falta de transparencia en el seno de las instituciones de la UE o la ausencia de socialismo. George Sarre deplora que la UE no haya podido ser nunca una “Europa socialista”, pero en lugar de trabajar en el seno de la UE para hacer que lo sea, prefiere replegarse sobre la “France seule”. Si se quiere una Europa socialista, entonces hay que defenderla en el único lugar donde tiene sentido, ¡en el Parlamento europeo! Si no, no hay que quejarse después de que el socialismo no se haya defendido allí, de verdad.

Los soberanistas de izquierdas, que por el socialismo se oponen a la UE y los soberanistas de derechas, que por el nacionalismo también se oponen, puedan entenderse de otra forma que fuese en un marco contextual (un referéndum, por ejemplo) ¿Por qué no? Nicolas Dupont-Aignan y Jean-Pierre Chevènement han podido celebrar un mitin conjunto en presencia de socialistas “del No”. Pero imaginarse que esto pudiera hacerse alrededor del Front Nacional, no lo creo ni por un segundo. E incluso suponiendo que fuera posible que un “social-nacionalista”, como el denunciado por Dominique Reynié, pueda organizarse políticamente e incluso tener peso electoral ¿Tendría buenas respuestas a las buenas preguntas? Puesto que el eje básico que haría posible su unidad sería el rechazo de cualquier Europa política, no solamente de la Unión Europea y de sus derivaciones trasversales; así se tendría “la France seule”. Se sabe que eso no cambiaría en nada los problemas, incluso los agravaría. Es equivocar a los franceses querer hacerles creer que en el soberanismo estarían las soluciones. Sostener hoy el soberanismo es como sostener la Argelia francesa ayer, es un error monumental. ¿Quién será el De Gaulle de mañana que ponga fin a esta nueva utopía?


Thomas Ferrier
Revenir en haut Aller en bas
KWZ
Pérégrin
Pérégrin
KWZ


Nombre de messages : 15

¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? Empty
MessageSujet: Re: ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?   ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? EmptyDim 25 Mai - 15:54

Un texto muy interesante, muchas gracias por ponerlo.
Un texte trés interesant, merçi.
Revenir en haut Aller en bas
http://www.3via.eu
Ferrier
Administrateur
Administrateur
Ferrier


Masculin Nombre de messages : 18530
Localisation : Europe-Nation

¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? Empty
MessageSujet: Re: ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?   ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? EmptyDim 25 Mai - 18:36

De rien. De nada.
Revenir en haut Aller en bas
Answald
Pérégrin
Pérégrin
Answald


Masculin Nombre de messages : 30

¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? Empty
MessageSujet: Re: ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?   ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? EmptyJeu 4 Oct - 14:59

Ferrier a écrit:
Citation :
¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?


En ciertos medios radicales del nacionalismo francés, del “área nacional” como la llaman sus partidarios, la adhesión al Frente Nacional de un sociólogo que había pasado del PCF (Partido comunista francés) al soberanismo de izquierdas (de un Chevènement y de un Sarre) ha agitado y continúa agitando las rejas de la extrema derecha.
Ideológicamente, la aportación parece muy poco evidente y no sería mentira decir que el mencionado intelectual ha adoptado más la ideología de su nuevo partido que haya impuesto allí sus propios posicionamientos. Bajo la etiqueta de “izquierda nacional” sus partidarios, procedentes por una parte de la derecha radical y nacional-revolucionaria, jóvenes frentistas (del FN) faltos de sensaciones; por otra parte, defensores de un nuevo “think-tank” cuyos posicionamientos reposan sobre un concepto que recordará a ciertos politólogos las posiciones colonialistas de Jean-Marie Le Pen en 1958, cuando veía en los argelinos una fuerza joven para Francia.
Hoy en día son las poblaciones alógenas instaladas en Francia, desde hace quizá decenios, las que aparecen a los ojos de estos neo-frentistas como los aliados naturales en una oposición radical al atlantismo, al sionismo y al capitalismo. Para ellos, el Frente Nacional debe convertirse en el arma política por excelencia al servicio de dicho ideal. Hablando claro, se trata de romper la imagen de un FN partidario de un retorno forzoso de los inmigrantes a sus países de origen, y por el contrario presentar este partido como una fuerza asimilacionista, dispuesta a considerar a los descendientes de emigrantes extra-europeos como franceses del todo, en detrimento de su electorado y de muchos de sus partidarios que solo se encuentran en el FN y no en el PS o en el PCF en razón de la cuestión migratoria.

Pero ¿Qué es pues esta “izquierda nacional” y en qué se distingue realmente de la derecha nacional?

¿Qué es la “izquierda nacional”?

Para el italiano Francesco Mancinelli, cantautor “identitario”, “la izquierda nacional (es) pagana, gibelina e imperial, en una palabra: fascista”. Los miembros de un grupúsculo francés que se reivindican de “izquierda nacional” sacando una revista que lleva el nombre de una revista barresiana del siglo XIX, estarían dispuestos a aceptar este término, puesto que se dice que uno de sus referencias sería el francista Marcel Bucard, que en los años 30 defendía un fascismo socialista y católico. Y Barrès es ante todo, lo sabemos desde los trabajos de Zeev Sternhell, el inventor de una forma de socialismo nacionalista a la francesa. Así, la izquierda nacional es en su definición formal, la unión del socialismo y del nacionalismo; es decir, según la definición de George Valois, el fascismo; mientras que la derecha nacional, su enemigo de siempre, es pues la extrema derecha; incluso si entre los dos, el muro es a menudo poroso.

En Francia, después de 1945, el movimiento que se acercaba más a la izquierda nacional, era el del joven Jean-Pierre Chevènement: “Patria y Progreso”, que el politólogo René Monzat asocia al “primer fascismo, socialista y republicano”, y que el neo-fascista Maurice Bardèche consideraba también como protofascista. Evidentemente, el Chevènement actual no tiene mucho que ver con el joven de los años 50, si no es que del CERES al MRC continúa reivindicándose de izquierdas.

¿De la “izquierda nacional” a la derecha nacional?

Así ¿Cómo se deben definir los partidarios de este nuevo movimiento/think tank que reivindican esta etiqueta? ¿Son neo-fascistas? ¿Dónde ha sido mal adaptada esa etiqueta? ¿Su posicionamiento político es tan revolucionario y tan subversivo como pretenden? Y su adhesión al partido por excelencia de la derecha nacional, el Front National, con toda la parte de oportunismo subyacente ¿No es la demostración, por ejemplo, de que hay que preguntarse si son realmente de “izquierdas”? Tomemos un ejemplo preciso, el antiguo anarquista Gustave Hervé. Proveniente de la extrema izquierda, en su sector más antinacional, se descubre nacionalista al salir de la guerra e incluso fascista. Fundador de un Partido Socialista Nacional, tras una Milicia Socialista Nacional, se inscribe claramente en la izquierda nacional. Hasta el día en que viene a ensalzar la dictadura de Petain, varios años antes de la extraña derrota de 1940. Él se parecía a la izquierda nacional, había sido de la izquierda nacional, pero al final, aparecía como un hombre de la derecha conservadora. Y es que ser republicano no basta para escapar a esta crítica.

En verdad, esta nueva “izquierda” nacional no puede ser más conservadora en su actuación; es republicana en el sentido común del término, defiende la visión popular del republicanismo, con sus ilusiones, como la asimilación, por ejemplo; según la definición de nación propuesta en un contexto muy particular por Ernest Renan, es decir una “nación” fruto de una voluntad y no una agrupación de aquellos de un mismo origen (significado etimológico del término “nación”, por lo demás). No, esta “izquierda” nacional no es revolucionaria, ya no es neo-fascista; es conservadora, personalmente me ha hecho pensar en las ideas del Parti Social Français del Coronel de la Rocque en los años 30, movimiento que tenía más de un millón de partidarios y que probablemente habría obtenido un importante resultado electoral en 1940 si no hubiera habido la guerra, es pues, la derecha nacional en todo su esplendor. Así, la adhesión de esta estructura al Front Nacional que ideológicamente se acerca infinitamente más a las Croix de Feu (Cruces de Fuego) que al Parti Populair Français, no es del todo extraña.

Entre el euro-socialismo, europeista y socialista por definición, de una izquierda que se remonta a los padres fundadores, a Saint-Simon, a Leroux, por ejemplo y hasta Jaurès, y esta “izquierda” nacional hay verdaderamente un abismo. La primera es revolucionaria, no apunta a restaurar la Francia del abuelito sino a aceptar en lo que se ha convertido Francia; por el contrario busca dar la vuelta al Sistema vigente y poner en su lugar una república social europea y defiende una suerte de tabla rasa jurídica, poniendo por debajo las constituciones de los Estados, en lugar de querer apoyarse en ellas; ellas, que nos prohiben toda acción salvadora en interés del pueblo europeo. La segunda es conservadora, es hiper-realista, lo que en política es tan nefasto como el pesimismo y está fundamentalmente ligada a la decadencia que pretende combatir. No obstante, Europa necesita de una revolución y no ciertamente de una marcha atrás, como sería la desaparición de la Unión Europea y la vuelta a naciones que están objetivamente desnaturalizadas, que son cascarones vacíos de los que no queda más que el embalaje tricolor (en el caso de Francia). Y por lo mismo el socialismo es inaplicable a escala de los estados actuales, éste no puede conseguirse más que a escala europea, puesto que para resistir al mundialismo hay que tener la masa crítica (1). Un socialismo nacional a la francesa, incluso republicano y sin tufillos fascistizantes; no se podría suponer en ningún caso que pudiese llegar al poder, la posibilidad de actuar realmente. Sería rehén de la Constitución y sería rápidamente destrozado económicamente, por las convulsiones que su política crearía en Europa. La “France seule”, que este eslogan maurrasiano sea retomado en realidad por la derecha nacional y por esta “izquierda” nacional es una buena definición de lo que es el soberanismo. La “France seule” incluso bajo Napoleón primero, no era ya posible.

Entre universalismo y chauvinismo

Esta “izquierda” nacional defiende simple y llanamente la ideología compuesta surgida de la Revolución francesa, mezcla de chauvismo (el tema de la “Gran Nación”) y de universalismo, es decir la ideología de la República en su contexto actual. Esto es lo que hace que ese discurso, que incluye el de la asimilación de poblaciones alógenas, se parezca al dicurso “republicano” colonialista de finales del siglo XIX. A pesar de esta mezcla de chauvinismo y de universalismo, que no es más que una interpretación posible de la idea de república, me parece responsable, en más de un capítulo, de la situación que vive Francia a día de hoy. Ciertamente, esta “izquierda” nacional es anticapitalista, pero el anticapitalismo no es más que una vitud de izquierdas, y mientras que su república es chauvinista y universalista, solo se pretende social o socialista. Hay una evidente sinceridad en este posicionamiento, pero es una sintonía que no tiene nada de original y que no me parece que responda a los problemas reales de la Europa contemporanea, problemas que apelan a soluciones innovadoras y no a respuestas rebuscadas en viejos recetarios.

Sobre todo, la república de antaño no tiene realmente nada que ver con la idea de república actual, dominante en todos los partidos, y ahí está comprendida este think-tank que propugna la reconciliación entre indígenas y alógenos bajo el cartel de una república mitificada. Esa “república” es una mezcla entre Juana de Arco y los combatientes de Valmy, por una parte combatiendo el “partido del extranjero” y Fery por la otra, partidario de la Francia imperialista sobre tres continentes. La República francesa que no nos disgusta a nosotros europeístas, es para nosotros otra cosa muy distinta. Es el polo de la revolución europea que la revolución francesa hubiera debido ser, es también la república de una Francia homogénea. Es la Francia de Sieyès, d’Hébert y de la izquierda socialista francesa del siglo XIX, donde aún un Jaurès y un joven Clémenceau, quien se oponía al colonialismo en nombre de la república. Nosotros rechazamos la Francia universalista, es decir, a fin de cuentas, una Francia imperialista y racista, la Francia chauvinista y eurófoba. Y rechazamos por razones aún más fuertes una mezcla de ambas. Queremos una Francia que se sienta plenamente europea, que restaure su europeidad en lugar de aceptar su falsificación pasada, queremos una Francia que al lado de Alemania, Italia, Polonia y Rusia, trabaje para forjar la Europa Nación del mañana, nuestro bello ideal, pero también la única solución para asegurar el resurgimiento de toda nuestra civilización. Queremos una Europa socialista, que tome lo mejor de Francia como de Alemania, todo, dejando de lado sus errores. Hay en el socialismo escandinavo y en el socialismo alemán muchas cosas que aprender. Ahí también, no caigamos en el error de un socialismo francés superior. Es exacto que frente a una Unión Europea incapaz de romper con el ultra-liberalismo del cual sus dirigentes son partidarios, se esté tentado de aceptar une forma hexagonal de socialismo, pero sería un grave error. La Unión Europea actual se ataca de la misma manera que los gobiernos de los estados de otro lugar – no habría que oponer pretendidos estados protectores a una Unión Europea depredadora, todos se pueden meter en el mismo saco – al sindicalismo danés o sueco, por ejemplo. Es asombroso y significativo que la derecha nacional y una cierta izquierda socialista se encuentren al final para defender este modelo social escandinavo. Pero la unidad de los sindicatos de Europa, no una unidad solo de fachada, ¿no sería más fuerte? Frente a una “Europa” liberal hay que oponer una Europa socialista y no una coalición heteróclita de sindicatos nacionalistas.

El soberanismo nacional, una mala solución

Se comprende bien lo que el neo-frentista y ex-chevènementista mencionado quiere hacer, la unidad de aquellos de derechas y de izquierdas que defiendan la soberanía nacional francesa. Así pues es un movimiento que no es “de izquierdas” y fuese “nacional”, sino un movimiento “de derechas y de izquierdas” que busca federar a todos los soberanistas alrededor del Front National. Es triste, con mayor razón si cabe, ver adherirse a supuestos europeístas que reivindican el socialismo revolucionario europeo de un Jean Thiriart. Como éstos últimos ven la animación, mientras que sus propias estructuras parecen estancadas o incluso arruinadas, tratan de asociarse para darse un poco de frescura y si la ocasión se presenta beneficiarse por la asociación con eventuales ingresos de aventura (imprevistos). Pero la política en el noble sentido del término no es la unión con el más fuerte, sino defender sinceramente sus convicciones, esperando hacer partícipe de ellas al mayor número de gente. Los partidarios soberanistas de este think-tank son coherentes y en este sentido respetables, como también lo es su mascarón de proa. No son nuestras ideas, a veces, incluso son las opuestas, especialmente en el tema de Europa, pero tienen derecho de pensar así, y nosotros de combatir sus teorías, reconociendo cuando tienen razón, especialmente cuando los soberanistas denuncian con razón la falta de transparencia en el seno de las instituciones de la UE o la ausencia de socialismo. George Sarre deplora que la UE no haya podido ser nunca una “Europa socialista”, pero en lugar de trabajar en el seno de la UE para hacer que lo sea, prefiere replegarse sobre la “France seule”. Si se quiere una Europa socialista, entonces hay que defenderla en el único lugar donde tiene sentido, ¡en el Parlamento europeo! Si no, no hay que quejarse después de que el socialismo no se haya defendido allí, de verdad.

Los soberanistas de izquierdas, que por el socialismo se oponen a la UE y los soberanistas de derechas, que por el nacionalismo también se oponen, puedan entenderse de otra forma que fuese en un marco contextual (un referéndum, por ejemplo) ¿Por qué no? Nicolas Dupont-Aignan y Jean-Pierre Chevènement han podido celebrar un mitin conjunto en presencia de socialistas “del No”. Pero imaginarse que esto pudiera hacerse alrededor del Front Nacional, no lo creo ni por un segundo. E incluso suponiendo que fuera posible que un “social-nacionalista”, como el denunciado por Dominique Reynié, pueda organizarse políticamente e incluso tener peso electoral ¿Tendría buenas respuestas a las buenas preguntas? Puesto que el eje básico que haría posible su unidad sería el rechazo de cualquier Europa política, no solamente de la Unión Europea y de sus derivaciones trasversales; así se tendría “la France seule”. Se sabe que eso no cambiaría en nada los problemas, incluso los agravaría. Es equivocar a los franceses querer hacerles creer que en el soberanismo estarían las soluciones. Sostener hoy el soberanismo es como sostener la Argelia francesa ayer, es un error monumental. ¿Quién será el De Gaulle de mañana que ponga fin a esta nueva utopía?


Thomas Ferrier
Oui, ce texte est intéressant. Nos pauvres amis espagnols harcelés par les banques.
Revenir en haut Aller en bas
Contenu sponsorisé





¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? Empty
MessageSujet: Re: ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?   ¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional? Empty

Revenir en haut Aller en bas
 
¿Izquierda nacional? ¿Derecha nacional?
Revenir en haut 
Page 1 sur 1
 Sujets similaires
-
» FIESTA NACIONAL DEL SOL

Permission de ce forum:Vous ne pouvez pas répondre aux sujets dans ce forum
FORUM DU PSUNE :: En Europe - In Europe :: Débats dans d'autres langues - Debates in other languages :: Autres langues européennes - Other european languages-
Sauter vers:  
Ne ratez plus aucun deal !
Abonnez-vous pour recevoir par notification une sélection des meilleurs deals chaque jour.
IgnorerAutoriser