Accidente o Asesinato Politico ? La oportuna y extraña muerte de Jörg Haider
Citation:
La adversidad descabeza a la nueva derecha austríaca como ya lo hizo con la holandesa hace media década. Los austríacos reaccionaron con incredulidad y asombro al conocer la muerte en accidente de tráfico de Jörg Haider, el controvertido líder histórico de la derecha populista y uno de los políticos más influyentes del país. Tenía 58 años, casado y con dos hijos. Viajaba solo y de noche, cuando su coche impactó con un pilar de hormigón. Resulta inevitable recordar el asesinato en abril de 2003 de Pym Fortuyn, el político holandés de muy parecida trayectoria e ideología, ocurrido un mes antes de unas elecciones en las que era considerado favorito con su programa de rechazo a la inmigración musulmana. Y también, sin duda, el sospechoso accidente de tráfico hace una década de Diana, la princesa de Gales, gravemente enfrentada a la familia real británica por su divorcio con el príncipe de Gales y su posterior relación con el hijo de un poderoso empresario saudí.
Los daños internos en su cuerpo eran enormes a pesar de llevar el cinturón de seguridad puesto y haber funcionado correctamente los airbags. La autopsia indicó que la heridas que sufrió fueron tan graves que no había ninguna posibilidad de que salvara la vida, y descarta que Haider tuviera un ataque al corazón como explicación a la pérdida de control del vehículo, un sedán de alta gama dotada de los últimos adelantos en seguridad. El análisis forense se ordenó para “excluir cualquier eventualidad”. Además, el resultado del informe pericial sobre los restos del vehículo, que tenía sólo tres meses de antigüedad, indicaron que éste no sufría ningún desperfecto que podría haber ocasionado el accidente. Nada se dice sin embargo de si al coche se le hará también la ‘autopsia’ para saber si falló algunos de sus componentes, espcialmente los frenos. Sólo sabemos que ‘el destrozado Phaeton V6 de tracción está siendo examinado por los peritos para tratar de encontrar más detalles sobre el siniestro’.
La policía explicó que Haider perdió el control del Volkswagen Phaeton que conducía después de realizar un adelantamiento e incorporarse a su carril en una carretera prácticamente recta y que no representaba especiales dificultades de conducción. ¿Entonces? Los investigadores manejan diversas hipótesis para explicar la pérdida de control: una posible falta de visibilidad por la niebla, una cabezada al volante de pocos segundos y el exceso de velocidad.
En el momento del choque, sobre las 1.15 horas del sábado, Haider volvía de un acto de partido y del festejo de una revista, donde estuvo acompañado por sus colaboradores políticos. Los servicios de rescate lo encontraron agonizante, con gravísimas heridas en el pecho y la cabeza, la columna vertebral probablemente rota, y el brazo izquierdo casi seccionado. En las elecciones de hacía diez días había alcanzado un gran éxito, duplicando sus votos del 4,1% en 2006 al 11%. Era gobernador de la región de Carintia y fue presidente del Partido Liberal Austríaco (FPÖ) desde 1986 hasta 2005, cuando se escindió de esta formación para crear la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ).
UN COCHAZO EN UNA RECTA
Cuando en el año 2000, conviritió al pequeño FPÖ en la segunda fuerza política con casi el 27 por ciento de los votos y entró a formar parte del gobierno de coalición austríaco, la Unión Europea (UE) congeló durante ocho meses los contactos bilaterales con Austria como medida de presión contra Haider, expresión del ascenso de la derecha conservadora europea. Ha sido sistemáticamernte denigrado por los medios de comunicación como ‘ultraderechista’ cuando no como ‘neonazi’. Su pecado es una oposición radical a la inmigración masiva musulmana que suma ya 22 milones de personas en la Unión Europea, un ‘populismo’ en defensa de las capas inferiores oriundas olvidadas por los políticos clásicos, y una visceral oposición a las formas de pensar y actuar de la izquierda clásica.
Encarnó el ascenso de la ultraderecha en Austria, que en las elecciones legislativas del pasado 28 de septiembre alcanzó casi un tercio de los votos, divididos entre el Partido Liberal (FPÖ) y la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ). Ambas formaciones fueron modeladas a su imagen, que ha dejado también una gran huella en la política austríaca, dominada hasta su irrupción como líder del FPÖ en 1986, por los dos partidos clásicos, el socialdemócrata (SPÖ) y el Popular (ÖVP), que se alternaban en el poder con gran consenso.
Haider chocó contra un pilar de hormigón y dar varias vueltas de campana. “Hoy en Carintia no sale el sol, los relojes se han detenido esta noche”, dijo el vicegobernador de Carintia, Gerhard Dörfler, que ha asumido provisionalmente el cargo de presidente regional, vacante con la muerte de Haider. Dicen que perdió el control del Volkswagen Phaeton que conducía cuando trataba de hacer un adelantamiento en la localidad de Lambichl, al sur de Klagenfurt. Dicen que circulaba a más velocidad de los 70 kilómetros por hora permitidos en ese tramo. El vehículo quedó completamente destrozado.
“Esto es inconcebible, triste y muy trágico”, dijo el portavoz de Haider, Stefan Petzner, entre lágrimas y con la voz entrecortada, después de haber descrito la muerte de su jefe de filas como “el fin del mundo”. Petzner había explicado que Haider iba a celebrar este fin de semana con su familia el 90 cumpleaños de su madre, que se había desplazado desde Alta Austria a Carintia para el festejo.
Sus ideas también han dejado huella en Carintia, donde había impuesto una polémica legislación urbanística -que pretendía expandir al resto del país- con la que se impedía edificar mezquitas y minaretes por representar “señales externas de poder” del islam.
Con el BZÖ Haider logró casi triplicar los votos en las elecciones parlamentarias del 28 de septiembre, obteniendo el 10,7 por ciento de los apoyos y pretendía entrar en un gobierno de coalición a tres bandas, para lo que se había ofrecido tanto a socialdemócratas como a democristianos.
Su muerte llena de incertidumbre el futuro de la formación, un proyecto personalista basado casi exclusivamente en su presencia política y ya han empezado las especulaciones de una fusión con el FPÖ.
El fallecimiento de Haider ha sido recibido con sorpresa y consternación por la clase política y tanto sus correligionarios como sus adversarios políticos, mostraron en público su pesar por el fallecimiento, aunque se pueden suponer sus sentimientos privados. El canciller federal austríaco en funciones y ex jefe del SPÖ, Alfred Gusenbauer, manifestó “su profundo pesar” por la muerte de una persona que marca “un antes y un después” en la vida política del país. Por su parte, el presidente austríaco, Heinz Fischer, calificó al fallecido de un “político de gran talento”, que generó entusiasmo pero también críticas y fuertes debates. Para Werner Faymann, líder del SPÖ que ganó en las pasadas legislativas y que se había negado a negociar un gobierno de coalición con Haider tras las elecciones parlamentarias del 28 de septiembre, este político fue excepcional al haber imprimido su sello más allá de Carintia.
Su vástago político, probable heredero y desde 2005 máximo rival en el espacio de la ultraderecha, Heinz-Christian Strache, presidente del FPÖ, dijo sentirse “muy afectado” y describió a su mentor como “una de las personas más influyentes de la II república austríaca”.
Se había atrevido a elogiar públicamente la política de empleo del III Reich, y a defender la memoria de su padre, un zapatero que militó en las Juventudes Hitlerianas y en la SA, y de su madre, una maestra que formó parte de la Liga de Jóvenes Alemanas del partido nazi. Nacido en 1950, estudió derecho en Viena. En 1977 ingresó an el Partido Liberal (FPO) y comenzó a hacer carrera política. Durante muchos años fue el hombre fuerte del partido. Tras una serie de conflictos con su partido, Haider abandonó a los liberales en 2005 y creó el BZÖ. Su meteórica carrera política ha terminado abruptamente.
DIEZ DÍAS DESPUÉS
El fuerte avance de la extrema derecha en detrimento de los dos grandes partidos austríacos, los socialdemócratas y los conservadores, en las elecciones legislativas anticipadas del domingo, desató un seísmo político en Austria a finales de septiembre
El mensaje de los electores no deja lugar a dudas: los socialdemócratas (SPO) se sitúan por primera vez en su historia bajo la barrera del 30%, con 29,7% de los votos, y los conservadores (OVP) encajaron el peor resultado jamás obtenido con tan sólo el 25,6% de los sufragios.
La extrema derecha, por el contrario, entre los dos partidos, el FPO del ardiente Heinz-Christian Strache y el populista BZO de Jorg Haider, suma un 29%, rozando el resultado de los socialdemócratas, que pese a la debacle se mantienen como primera fuerza política del país.
“Este gran desbarajuste”, según titula el periódico Die Presse, refleja el hartazgo general de los austríacos, testigos de las querellas interminables entre las dos grandes formaciones incapaces de lanzar la muy esperada reforma fiscal, una de las promesas estrellas de sus respectivas campañas en 2006.
Ayudados en 2008 por la inflación y la crisis financiera al otro lado del Atlántico, que comienza a desestabilizar a Europa, los partidos populistas han sabido captar la atención de los votantes centrando su campaña en los temas sociales que tanto preocupan a la gente.
Heinz-Christian Strache, de 39 años, reivindicó la paternidad de la reducción a la mitad del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de los medicamentos, adoptada ‘in extremis’ a propuesta de los socialdemócratas gracias a los votos de la extrema derecha durante un maratón en el Parlamento tres días antes de los comicios.
Jorg Haider, cuyo partido ya gobernó a nivel nacional con el canciller, el conservador Wolfgang Schussel, en el 2000, una alianza que no gustó a la Unión Europea (UE), propuso soluciones sencillas y cifradas para ayudar a la clase media y a la popular a afrontar la carestía de la vida, relegando a un segundo plano sus posiciones sobre la inmigración. Su táctica dio fruto: casi duplicó a nivel nacional su resultado, pasando del 4,1% de 2006 al 11%.
Queda por ver qué combinación política gobernará Austria durante los próximos cinco años, habida cuenta de que la obtención de una mayoría se anuncia muy difícil, y va para rato.
EL CASO FORTUYN
Pim Fortuyn era la estrella ascendente de la política holandesa y acababa de ganar la alcaldía de Rotterdam, hasta entonces bastión de la izquierda. Escritor, homosexual declarado, de 54 años de edad, había irrumpido en el escenario político hacía tan sólo unos meses a la cabeza del partido local Leefbaar Rotterdam (Rotterdam Habitable), logró captar el descontento y hacerse un hueco entre el electorado con un programa que tocaba puntos muy cercanos al ciudadano. El llamado fenómeno Fortuyn se había convertido en el símbolo que manifestaba el cansancio del electorado de los partidos mayoritarios. Se le tachó inmediatamente de extremista y xenófobo, lo que no impidió una carrera meteórica sin apenas programa, apoyado en una fuerte campaña mediática que le forjó una imagen -muy peculiar, por su rapada cabeza- de redentor de los problemas sociales.
Con su actitud políticamente incorrecta, una agresividad verbal desconocida hasta ahora en Holanda y exageradas declaraciones mucho más contundentes en la forma que en el fondo, Fortuyn superó claramente con su dialéctica a sus contrincantes. Los últimos sondeos realizados le auguraban 29 de los 150 escaños que tiene el congreso holandés, lo que podía convertirle en el tercer partido más votado, casi empatado con el laborista Pvda y tras el cristiano demócrata CDA. Con estos resultados Fortuyn hubiera podido jugar un importante papel a la hora de configurar la coalición de Gobierno y hay quien no descartaba que podía convertirse en el próximo primer ministro.
Los puntos principales de su movimiento, denominado “Lista Fortuyn”, eran una denuncia frontal contra los tres grupos que formaban la coalición gubernamental desde hace ocho años. Según Fortuyn, tanto el Pvda -partido del dimisionario primer ministro, Wim Kok- como el liberal VVD y el partido bisagra de centro-izquierda D66 han fracasado en dar respuestas a los nuevos problemas sociales.
El líder extremista apostaba por soluciones tan radicales como el cierre de las fronteras, la salida del acuerdo de Schengen y de muchos Convenios de las Naciones Unidas, la eliminación de las grandes consecuciones holandesas en materia de subsidios y la marcha atrás en la liberalización de las drogas. En su programa señalaba que si de él dependiera Holanda sólo admitiría inmigrantes que entraran vía Francia, Alemania, Inglaterra y Dinamarca, se reforzarían los controles en las fronteras y se eliminaría el Parlamento Europeo. Fortuyn defendía las escuelas pequeñas sin ordenadores, la vuelta del servicio militar obligatorio tanto para hombres como para mujeres, y la retirada de Holanda de todas las misiones internacionales de paz.
Su confeso y convicto asesino era un activista radical del movimiento de los derechos de los animales, que aseguró haber actuado solo y por propia iniciativa. Dos años después, era asesinado también en Holanda el intelectual y cineasta Theo Van Gogh cuando daba los últimos toques a una película que acababa de rodar manteniendo la tesis de una conspiración de los servicios secretos en el asesinato de Fortuyn. El de Van Goh resultó ser un radical islamista de origen árabe. No se estableció relación alguna engtre ambos asesinatos. No se establecieron posibles complicidades. Al fin y al cabo desde Lee Oswald hay una larga serie de asesinatos políticos, hilos sueltos a los que nunca se ha encontrado ovillo.
Fuente: Newblood
http://fr.youtube.com/watch?v=XkmOp91gNmQ&eurl=http://chemtrailsevilla.wordpress.com/2008/10/18/accidente-o-asesinato-politico-la-oportuna-y-extrana-muerte-de-jorg-haider/